En mi familia se suele decir que lo pasado, pisado. Haciendo referencia a que lo hecho, hecho esta puesto que lamentarse no es lo mejor que se puede hacer.
Sin embargo, esto no quiere decir que no se pueda aprender de los errores; por lo menos, para no volverlos a repetir. Toda experiencia, puede servirnos para poder enfrentar nuevas situaciones y retos en la vida. Además, depende de cómo evaluemos esa vivencia, el qué vaya a afectarnos de forma positiva o negativa en el presente.
Por ejemplo: "Mariano, el día anterior a jugar la final de un torneo, salió a bailar con amigos hasta la madrugada porque ya conocía a su rival, y numerosas veces le había ganado. Como es de esperar, su desempeño fue muy pobre y pudo hacer poco para revertir el resultado".
Mariano, ante esta situación, puede elegir lamentarse y enojarse por la frustración que le produjo la situación o bien, aprender que sino descansa lo que necesita, sea cual fuera su oponente, no se encontrará en óptimas condiciones para enfrentar el reto. Cada uno, tiene el poder de elegir la forma de ver las cosas.
Si por alguna razón, aún seguís machacándote la cabeza, pensalo dos veces. ¿Vale la pena quedarse lamentando lo sucedido? Lo mejor es poner manos a la obra; de esa situación, podés aprender algo que puede servirte para el día a día.
No es tarea fácil, pero te aseguro que vale la pena intentarlo. No dejes que un fantasma del ayer te vuelva a traicionar. ¡Poné manos a la obra!
Lic. Tamara Jugo
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