LA RESPONSABILIDAD COMIENZA POR CASA
Jim Rohn, un filósofo motivacional, dijo una frase tan simple como cierta: “no puedes contratar a alguien para que haga las flexiones por ti”. Si vos sos el que quiere mejorar, las vas a tener que hacer tu mismo.
Ya sea en el tenis, la meditación, la elongación, el hacer ejercicio, los estudios, los negocios o tu vida; el único que tiene que hacer algo por ti, eres vos. No hay nadie, por más que quiera, que pueda realizarlo por ti.
Tus padres o amigos, por más que quieran, no pueden entrar a la cancha y jugar el partido por vos, eres tu quien tiene que jugarlo. Ellos pueden llevarte al torneo, ocuparse antes, durante y después de las cosas que vayas necesitando, pueden brindarte su apoyo, una oreja; pero el que tiene que cruzar la puerta de la cancha para jugar el partido sos vos. Lo mismo funciona para los entrenamientos.
Vos podes elegir ser responsable sobre los actos de tu vida. Esto implica tanto los éxitos como los fracasos, los logros, las cosas que haces y dejas de hacer (en cantidad y en calidad), tu actitud en la cancha y en la vida, la relación con tus amigos y tu familia, etcétera.
Sin embargo, tomar las riendas de cada aspecto de tu vida, sin culpar a nadie, no es poca cosa. Pero ¿por qué?
Porque es más fácil echarle la culpa a otro que hacernos cargo de nuestras acciones. Nadie quiere perder apropósito; y responsabilizarse de eso, requiere armarse de valor. Ya que implica que uno tiene que hacer algo diferente de lo que venía haciendo para seguir mejorando.
Por lo que hay que cambiar el: ‘la culpa la tiene la raqueta, las pelotas, la cancha, el sol, el viento, etcétera’ por ‘hoy no jugué tan bien como podía, no corrí ni luche tanto como podía, no descansé lo suficiente como para estar en óptimas condiciones, etcétera’.
No siempre lo más fácil es lo mejor; pero vale la pena animarse a cambiar, y buscar aquello que más querés.
Tamara Jugo
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